Quiero bajar desde la copa de un arbol, con mi hoja en las espaldas. Quiero cruzarte en el camino y que choquemos antenas. Que sigamos transitando cada uno su camino. Hasta llegar al hormiguero vaya uno a saber lo que puede suceder.
Ya de regreso cuento con tu encuentro, pero no te encuentro y a medida que me acerco a las raices , encuentro una miga de pan que me distrae un buen rato. Sigo mi camino, subo el arbol y veo que en una rama yace tu cadáver.
Maldito pesticida.
1 comentario:
Oh, pobrecilla la hormiga, q trabaja día a día... no tiene tiempo para el amor, en esta vida socialmente organizada, pautada y reglada... nos olvidamos de lo más importante: vivir el amor.
M. Bombon.
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