La Risa.

 La risa, como uno de los primeros trucos de magia que aprendemos, por eso nos la buscan ya desde pequeños.

La risa como una cosquilla que hacemos por dentro sin tocar ni ser tocados. 

La risa como un penal insolito que se nos va por la tangente de la escolástica y nos lleva a largar la carcajada, a apretar la panza, a doblarnos y muchas veces a llorar... a llorar de algo tan inexplicable como llorar de risa.

La risa metodo inexplicable para andar sorteando los cables que a veces nos tira la tierra y nos busca hundir de tanto en tanto en la vida grela. 

La risa como fusil en mano cuando aparecen las caras largas y pálidas que nos quieren decir algo serio y transmitirnos su malaría, su eufemismos de desgracia... su pálida

A la risa la llevo en la punta de la jeta  y atada con un elástico, tenso y frágil, que a la primera que paloma de tristeza que me aparece ni siquiera le apunto, le tiro y ya. Despúes me hago un paté de paloma de la palida.

La risa como un retruco, un quiero, aunque no tengamos ni cartas y estemos jugando al dominó.

A la risa se la lleva ensolapada en el abrigo, o de collar cerca del ombligo.

La risa como moneda de cambio, como se da, se devuelve. La risa picarezca, la que se da con la monada, la que se da de enamorada. La risa Amorosa, la risa de las entresabanas, de las guerras de almohadas. La Risa...

La risa contagiosa, la larga, la corta, la risa escapatoria, la risa autoemitida, la risa mentirosa, la risa nerviosa... la risa, la que no se analiza, se larga y ya. Después se barren los pedazos de las consecuencias y tá 

La risa no se puede esconder. Es perfecta, lumínica, gloriosa. La risa una vez que aparece no tiene marcha atrás, no se la puede borrar.

Si quiere conocer a alguien, saber bien su esencia. Hagale reir

Y vea que hay detrás de su sonrisa

Mirele los ojos

Hable con el Dios de la poesía

Que si le dicta a usted inefables palabras

Es porque está donde debe

y con quién.