lunes, 14 de marzo de 2011

LAS CALLES SON NUESTRAS (aunque el tiempo diga lo contrario)

A veces siento el sabor de la nostalgia en la punta de la lengua. Como un barrilete que se nos desprende de la mano, veo al barrio donde creci irse. Al pasar por el me veo de niño jugando , descubriendolo y sobre todo eternizandolo.

Las viejas que vendían bebidas en esa casa con jardín al frente. Jardin que poco a poco se les iba colando por las paredes de la casa.
el viejo del peluquin que con un andar errante pasaba siempre cerca de las 4 de la tarde, nunca nos saludamos pero cuando el pasaba dejabamos de jugar al futbol. Hoy lo pienso y puede haber sido un fantasma. La chica linda y sus patines, Marce y su bull terrier, el gordo y su valentia los tanos y su cossa Nostra, eran siete hermanos, si te metias con uno te metias con todos, el Tanga y Marito protegiendo la cuadra.

Siempre que recuerdo como era mi barrio viajo hasta ahí, no me cuesta nada, los olores, los ruidos, los colores, todo esta en mi mente intacto.
Hace poco anduve por el barrio y muy a pesar de los cambios que ha producido el hombre y la excusa del paso del tiempo, el barrio muto. Los barrios han mutado ¿ donde estan sus sillas en la vereda, sus niños peloteando, sus niñas bonitas adornando los boulevares, sus viejas matronas pincha pelotas, sus fantasmas?, ¿donde estan?
El miedo, el miedo ha salido a patrullar la ciudad.
No podemos jugar a las escondidas porque el miedo nos encuentra rápidamente.
No podemos jugar a la mancha por que el miedo es más veloz que nuestra sombra.
No pateamos penales porque el miedo nos roba la pelota.

No podemos callejear, porque a quienes les tenemos miedo nos tienen mas miedo.

No podemos saltar a la soga porque el miedo nos la corta
Ni andar en bicicleta porque tenemos miedo de caernos.
Ya nadie puede estar en la calle porque el miedo la inseguridad, el robo y la violencia estan en ella esperandonos para darnos una de las nuestras.

Ojala aun nos quedase un segundo tiempo, una ronda mas de escondida, una saltada más en la soga .
Solo una aunque sea, para demostrarle al miedo que aun seguimos vivos y que cuando menos se lo espere volveremos, porque el carnaval de nuestras almas así lo exige y sino… que aprete el pomo…vamo a bailar hasta morir.

1 comentario:

Willy dijo...

hermoso